"Sabrina"
Ya casi era hora de esa maldita audiencia del proceso de divorcio y el cretino del papá de Flávio todavía no me había dicho qué debería hacer. Lo único que dijo fue que debería estar preparada para ir o no a la audiencia.
Pensándolo ahora, no debería haberle contado que me llamaron a la comisaría, después de que fui ahí y esa comisaria me hizo ese montón de preguntas César empezó a cambiar el comportamiento conmigo. Pero también, qué iba a hacer, no podía resolver este problema sola, no lo creé sola, y tampoco podía dejar de ir a la comisaría, eso lo sabía.
Pero ya estaba nerviosa, de un lado para otro en el vestíbulo del hotel, nunca tuve mucha paciencia para esperar. Decidí llamarle, me estaba poniendo nerviosa y ya no sabía qué hacer, ya que él estaba en esto conmigo tenía que hablar conmigo.
—¿Qué quieres, Sabrina? Estoy ocupado. —César atendió con la grosería de siempre.
—¡Siempre estás ocupado, César! —Era la pura verdad, desde que lo conozco y eso es desde siempre