"Flávio"
El hermano de Manu parecía no tragar a la madrastra y su comentario era lo que cualquier persona que conociera a las dos diría, pero lo que me sorprendió fue la reacción del papá, que pareció molestarse por alguna razón con las palabras del hijo y lo reprendió.
—¡No digas tonterías, Camilo! Estás muy impresionado desde que Manu estuvo en tu casa. —El papá le llamó la atención, pero eso despertó mi interés.
—¿Impresionado? —Pregunté queriendo que hablaran más. Mi instinto decía que había más cosa ahí.
—Camilo pasó un año sin ver a Manu, desde que se vino para acá. La volvió a ver solamente cuando fue allá a la ciudad para decir que se iba a mudar. Pero desde entonces anda impresionado con el cambio de la hermana.
—Cuando conocí a Manu, ya estaba así, ese cambio ya había pasado. —Expliqué.
—Papá, no es posible que vayas a negar que se parecen. —Camilo le reclamó al papá.
—¡Habla bajo, muchacho! ¡No quiero que tu hermana escuche ese absurdo! Ya te dije que solo estás proye