"Manuela"
Desperté con el aroma del café y una caricia en el cabello. Flávio estaba sentado al borde de la cama, pasando su mano por mi cabello con cariño. Abrí mis ojos y vi una pequeña sonrisa formarse en sus labios.
— Buenos días, flor del día —Escuché su voz baja y grave, que despertó en mí recuerdos de la noche anterior, de él diciéndome cuánto me amaba mientras poseía mi cuerpo lentamente.
— Buenos días, rayo de sol —Le sonreí perezosamente. Él se inclinó y me besó, después me entregó la taza de café.
— ¿Cómo te sientes hoy? —Preguntó con un tono de preocupación en la voz.
— Estoy bien. La herida duele un poco, pero no es nada grave. —Respondí mirando la venda en mi brazo.
— Hmm. Ya casi es hora del medicamento para el dolor. —Colocó la bandeja de café sobre la cama—. Come.
— ¿Eso es una orden? —Me reí de la forma autoritaria con que me mandó comer.
— Por supuesto que lo es. —Sonrió siguiendo la broma.
— Grandote, necesito registrar el incidente del celular y bloquear la