"Flávio"
Estaba en la comisaría, después de encontrarme con Sabrina no volví a casa, el día casi estaba amaneciendo y tendría que salir para el trabajo de todas formas, preferí no molestar a mi bajita. Pero iba a molestar a otra persona. Tomé el teléfono y marqué a mi padre.
—Flávio, ¡buenos días! ¿Ya recuperaste el juicio? —Mi padre contestó tranquilamente. Yo sabía que él siempre se despertaba muy temprano y a esta hora ya estaba sentado en la biblioteca de casa leyendo las noticias.
—Papá, ¡nunca lo perdí! Pero llamé solo para decirte algo que creo que no entendiste. —Hablé tan calmado como él—. Sabrina es un tiro en el pie. Nunca voy a volver con ella y si molesta a Manu, rompo definitivamente con la familia. Así que deja de usarla, no va a funcionar y solo está irritándome.
—Al menos te está irritando. —Mi padre rio. Claro que él quería más que irritarme.
—¿Pensé que tendríamos una tregua? —Pregunté viendo que mi esfuerzo del día anterior había sido en vano.
—Ah, hijo, pero