"Samantha"
—Ay, mamá, estoy tan triste de no poder ir contigo al cumpleaños de la abuela Elenice —le dije a mi madre mientras almorzábamos en el centro comercial.
—Lo sé, hija. Pero le encantará tu regalo y tú necesitas trabajar. Las responsabilidades siempre en primer lugar, Samantha —dijo mi madre.
Mi madre era una mujer muy fuerte. Me crió sola. Mi padre nunca quiso saber de la responsabilidad. De vez en cuando aparecía diciendo que quería verme, pero era más para molestar a mi madre. Así que después de cumplir dieciocho años, lo puse a correr. No necesitaba un padre que aparecía solo cuando le convenía para crear problemas con mi madre. Era muy claro para mí que no tenía ningún interés en su hija.
—¿Cuántos días te quedarás allá? —pregunté.
—Una semana. Tomé algunos días libres y voy a aprovecharlos. A mí también me gusta el regazo de mamá —sonrió y le devolví la sonrisa—. ¿Estarás bien?
—Sí, mamá.
—Ahora cuéntame las novedades. ¿Cómo van las cosas en la tienda? —Mi madre y