"Enzo"

Ser estudiante se estaba volviendo cada vez más difícil. La profesora de español decidió mandarnos a leer un libro que era casi imposible de encontrar, tuve que ir hasta el otro lado de la ciudad, pues de todas las librerías en centros comerciales solo en esa tenían el libro. Todo el mundo estaba quejándose de que no conseguía comprarlo porque no lo encontraba, perdí dos días en el teléfono y finalmente lo localicé. Entonces corrí para asegurar el mío y no sacarme un cero en el examen que la profesora ya avisó que iba a aplicar.

Pero ya que estaba en el centro comercial, iba a dar una vueltecita. Primero compré el libro, lo había reservado, pero por si acaso alguien vendía mi ejemplar por descuido, fui primero a la librería. Cuando salí de allí fui caminando por la plaza de comidas y vi a la tía Perla en un café por ahí, tenía que saludarla.

—¡Qué coincidencia! Tía Perla, ¿cómo estás? —Me acerqué y noté que estaba acompañada de una mujer más joven y hasta bonita, pero extraña