"Patricio"
Cuando llegó la mañana estaba feliz de que fuera sábado y no tuviera que ir a la oficina. Mi chica dormía tranquila en mi pecho, mientras yo pensaba si lo que quería hacer era realmente una buena idea. Pero ¿y si no le gustaba? Podría dejarme también, como las otras lo hicieron, pero sería mucho peor y me mataría. Pero ella no era como las otras. Confiaba en ella, confiaba en su amor.
Tomé el celular de la mesita al lado de la cama y escribí un mensaje rápidamente. La confirmación fue rápida y necesitaría salir. Pero tan pronto como devolví el celular a la mesita, mi chica se movió, empezando a despertar. Se frotó los ojos y los abrió para mí, junto con esa sonrisa casi tímida.
—¡Buenos días, cariño! —Lisandra escaló mi pecho y me dio un beso rápido. Enlacé su cintura y la sostuve sobre mí.
—¡Buenos días, mi dulce! ¿Dormiste bien? —Admiraba sus cabellos despeinados cayendo sobre mi pecho y enmarcando su rostro hermoso y sentía su aroma dulce, mezclado con el mío, recordá