Planeando la estrategia

- Mister Black... está seguro lo que quiere hacer? es peligroso y además jugaremos con muchas vidas...y eso puede traer repercusiones...- dijo intrigado Lee

James lo miró con frialdad, se le acercó sus ojos se volvieron sombríos y tenebroso era estar mirando a una serpiente. De que hizo que León Lee se estremeciera.

- Yo ...James Black, siempre juego al ganador...y si hay que sacrificar algo, estoy dispuesto a pagar el precio ...- dijo decidido James.

León Lee lo miró y asintió con la cabeza

- Hablaré con mis guías...y veré cuál es el porcentaje de éxito y cuáles serán las consecuencias...- dijo tembloroso

- Házlo!!! te espero... - dijo James Black, subiendo a su cuarto y dejando a León pensativo.

León suspiro profundamente y salió de la mansión para dirigirse al otro extremo de la ciudad, dónde había una casa humilde, estacionó su auto y un hombre de edad salió a recibirlo.

- León...te estaba esperando...el hombre de los ojos del bien y el mal está aquí.. el yin y yang vive en su interior con fuerza - dijo el maestro Zhao.

- Maestro...tu sabiduría es infinita...que debo hacer con él - dijo angustiado León

- Vamos... tomemos té y veamos que dicen los guías..- dijo el anciano.

La casa del anciano era como un portal al otro mundo , tenía muchos estantes con libros muy antiguos, se sentaron en el suelo ,el maestro Zhao sirvió el té de hoja, lo bebieron con calma, hasta que las hojas tomaron forma, el anciano hizo un movimiento con su mano para poder ver más allá,.. pero no solo él estaba preguntando a los guías,si no que también Cecilia y hubo una conexión entre ella y él, el anciano dijo algunas palabras para bloquear la visión de Cecilia , Cecilia pidió ayuda a sus guías y solo escucho una voz que le decía " A veces el mal debe ganar... para que el bien actúe..." está frase se repitió tres veces y Cecilia cayó al suelo exhausta por la energía consumida.

El anciano también escucho la misma frase " A veces el mal debe ganar... para que el bien actúe..." él también estaba cansado que solo miró a León y le dijo.

- Ayúdalo... pero advierte que las consecuencias puede ser fatal...el mal siempre cobra ... tendrá lo que desea ... pero el precio será muy alto.. dijo el anciano 

León hizo una reverencia al anciano, antes de irse le entrego un amuleto para que se la entregará a James.

- Dile...que debe cuidarlo..si se rompe todo habrá acabado..- Advirtió el anciano..

Mientras tanto Cecilia estaba preocupada por lo que vendría, sus guías le indicaron que debe dejar que el mal gané pero que al final el bien tendrá que aparecer.

- Cómo puedo proteger a Nicole? para que ese hombre no le haga daño? - pensó Cecilia.

Comenzó a buscar entre sus amuletos y encontró un dige de color blanco, era un amuleto protector, le hizo un hechizo para que fuera más fuerte, pronto sería el cumpleaños de Nicole y hay se lo entregaría.

En China, James recibía noticias de su esposa, dónde se encontraba con un hombre misterioso en un departamento.

Una mueca apareció en su rostro.

- Rebecca, Rebecca... disfruta de tu libertad ... pronto estarás en mis manos..- dijo con tono siniestro.

León Lee regreso a la mansión y subió a la habitación de James, él lo estaba esperando sentado en un sillón, se veía imponente como si nada lo afectará, su mirada era fría como un témpano de hielo, levantó su ceja y preguntó.

- Que dijo el viejo...el maestro Zhao? - preguntó con interés.

León tragó saliva, conocía a James Black desde muchos años, había realizado varios trabajos para él, siempre lo considero un hombre codicioso pero ahora no lo reconocía, sus objetivos eran muy peligrosos ahora.

- El maestro me dió un mensaje...que lo que está apunto de hacer traerá consecuencias y si está dispuesto a pagar el precio...puede hacerlo..-dijo sin quitarle los ojos de encima.

James se sonrió sus ojos brillaron cómo una fiera acorralando a su fiera.

- Por supuesto que sé que hay un precio, que estoy dispuesto a pagar...- dijo tranquilamente.

León le entrego un amuleto protector que el debía llevar.

- El maestro Zhao dijo que debe cuidar muy bien este amuleto... porque si se llega a romper...todo acabará...- le advirtió León.

James observó el amuleto era un ónix negro, dónde él anciano le puso un hechizo protector, James lo cogió y se lo puso en el cuello, al ponerse el amuleto sintió que que emanaba mucha fuerza.

Miró a León y le sonrió con una sonrisa siniestra.

- Prepárate Lee... vamos a Nueva York...me tienes que ayudar con mis objetivos .- dijo resuelto James.

En el departamento Rebecca estaba con su amante, un hombre que odiaba a James con toda sus fuerzas, él fue el causante de la quiebra de la empresa de su familia y el suicidio de su padre, la venganza era lo único que lo mantenía vivo, por eso conquistó a Rebecca para vengarse de él, Jeremy Miller, un hombre de treinta y tres años, alto, delgado, pelo rubio y de ojos verdes.

- Tienes que tener cuidado cariño... sospecho que nos están siguiendo..no quiero que él te maltrate...- dijo tratando de se sonar preocupado .

- Uf!!! si sé... pero nos hemos cuidado para que él no sepa quién eres tú...estoy tan cansada...lo único que quiero es irme contigo y no verle más la cara...- dijo abrazando a Jeremy por la espalda.

Los ojos de Jeremy se llenaron de despreció por ella, solo la soportaba por qué ella sería quien mataría a su esposo, quitando toda sospecha sobre él.

- Pronto querida...pronto... pero debes hacerme caso en todo... para que ese maldito muera como un perro - dijo apretando sus puños.

- Si...lo haré..- dijo Rebecca decidida.

Al otro día Nicole fue a buscar a sus hijos al colegio, después del trabajo, Álvaro estaba muy emocionado cuando la vió.

- Mamá!!! la escuela hará un torneo para reunir más fondos y vendrá un hombre que está interesado en ayudarnos!!!- dijo emocionado.

- Oh!!! que bien...y cuando será el torneo? - preguntó intrigada Nicole.

- Será el sábado...la maestra hará una reunión para preparar todo para ese día, también tendremos venta de pasteles!! podrás venir mamá? - preguntó su hijo

- Mmm.. depende la hora... pero estaré en la tarde..no te preocupes.- dijo Nicole dandole una gran sonrisa .

- Mamá!!! tengo hambre!!! vamos a casa..-dijo su hijo menor haciendo un puchero.

Nicole le dió un beso en la frente

- Vamos!! comelón!!! les traigo unas hamburguesas!!!- dijo alegré

Los niños aplaudieron con emoción.

Mientras tanto en la mansión Mía estaba en sus clases de piano, no le gustaba para nada, pero pensaba si lo hacía su madre le daría una caricia, la maestra de piano una mujer fría y implacable, la señora Gil , cada vez que la pequeña se equivocaba ella la golpeaba con una vara en sus manitas. La pequeña lloraba pero nadie hiba a su rescate.

- No llores ... cuando aprendas a no equivocarte ...no te golpeó más- dijo la mujer indiferente.

Mía se secó sus lágrimas y comenzó a tocar con mucho cuidado para que no la volviera a golpear.

James llegó a la mansión más temprano ese día, y escucho a su hija tocar, una sonrisa de orgullo se dibujo en su rostro.

Subió para verla tocar , cuando la niña lo vió corrió dónde él, él la tomó en brazos y le dió muchos besos, solo sus hijas lo hacían estar con la guardia bajá.

La mujer se puso nerviosa al verlo, temįa que ella dijera algo sobre los golpes.

- Mister Black...que sorpresa...la señorita cada día avanza más..- dijo elogiando a la niña.

- Si...la escuché...toca maravilloso, gracias por enseñarle..- dijo mientras Mía le apretaba el cuello y vió el colgante.

- Papá...que es esto ? - preguntó mientras lo tocaba

James se asustó y dejó caer a su hija y la miró fijamente.

- Es un regalo...no lo vuelvas a tocar.. estamos? - le ordenó con frialdad.

La niña comenzó a llorar, era la primera vez que él la trataba así, se levantó y se fué corriendo a su cuarto.

James reaccionó y fue atrás de su hija.

- Mía...espera !! no quise ser brusco contigo...me perdonas? - le dijo a través de la puerta.

Ella solo lloraba con mucho sentimiento, James abrió la puerta y vió a su hija sentada en el suelo, su corazón se estremeció al verla tan triste, él se sentó al lado de ella, le tomó sus manos y vió que estaba rojas, el pensó que fue por la caída, se sintió avergonzado.

- Hija...perdona a este padre tuyo un poco tonto? - dijo mientras secaba sus lágrimas.

La niña se recostó en su regazo y abrazo sus piernas.

- Mi pequeña...te amo mucho... nunca lo olvides... tú y tus hermanas son lo más importante de mi vida y todo lo que hago y haré... será por ustedes...- dijo pensativo James Black.

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