UN ÁNGEL EN GARANTÍA. CAPÍTULO 36. Un regalo especial
UN ÁNGEL EN GARANTÍA. CAPÍTULO 36. Un regalo especial
Al regresar al cuarto, Ivan se sintió aliviado y exhausto al mismo tiempo, porque por un lado tenía que pesarle en algún momento todos aquellos días sin dormir y la tensión acumulada, y por otro ella por fin estaba despierta.
Sari levantó la cabeza y sus ojos se encontraron.
—¿Qué pasó? —preguntó ella, con voz débil pero preocupada.
Ivan se sentó al lado de la cama, tomando su mano suavemente.
—Hay problemas en Budapest —dijo con sinceridad—, asuntos de negocios que requieren mi presencia.
Ella lo miró y por un segundo no supo si era decepción o abandono lo que sentía, a fin de cuentas estaba más que acostumbrada a que la gente priorizara sus asuntos por encima de ella. No era como si a lo largo de su vida no se hubiera acostumbrado a no ser importante.
—Lo entiendo. Puedes irte tranquilo, yo estaré bien y… —Pero Ivan agitó la mano rápidamente para negarlo, interrumpiéndola.
—¿Y yo cuándo he dicho que me voy? —protestó él—. No quie