CAPÍTULO 33. De unos resultados a un escándalo
CAPÍTULO 33. De unos resultados a un escándalo
Reggie llegó al hospital de Jackson con los papeles en la mano, caminando como si llevara dinamita a punto de explotar. La tensión era densa, y parecía que el sobre pesara el triple de lo normal.
—¿Seguro que no quieres que vaya yo a recogerlos ahora mismo? —le había preguntado a Jackson por teléfono.
—No, yo te los llevo a tu despacho mañana temprano —había insistido él, y su amigo no había hecho ni una sola acotación al respecto, simplemente le había dicho que a las nueve de la mañana era una muy buena hora para encontrarse.
Cuando Reggie llegó, una secretaria le anunció de inmediato que ya lo estaban esperando. Ese plural, por supuesto, lo hizo sonreír, pero cuando empujó la puerta del despacho de Jackson con el codo y asomó la cabeza, se frenó de golpe al darse cuenta de que no lo estaba esperando precisamente quien él creía.
—Margaret… —carraspeó mirando a Jackson, pero este parecía perfectamente cómodo—. Creí… creí que estarías solo