18. NO QUIERO PERDERTE
Raquel Martínez.
El sonido de unas pisadas hacen que despierte y debo pestañear varias veces seguidas para acostumbrar a mis ojos a la claridad que proviene de las escaleras.
Miro a dicho sitio y es cuando lo veo venir caminando hacia mí con señales de haber estado tomando, desde aquí puedo oler el olor a alcohol que viene de él.
— Hola preciosa —dice sonriendo.
Mientras camina se tropieza con algo, pierde el equilibrio y se tambalea hacia adelante, pero se sostiene de la silla cerca de las escaleras para evitar caer de bruces al suelo.
— ¿Qué haces aquí? —pregunto seria—. ¿Y en ese estado Erick?
— Quería verte —se encogió de hombros—. Y estoy bien, solo fue un trago.
El que arrastre las palabras al hablar, se tambalee al caminar y se ría solo de quien sabe que como un retrasado me asegura lo contrario.
— Por supuesto —digo sarcástica—. ¿Uno multiplicado por cuánto?
Él no responde, sólo me mira.
Suspiro, cansada.
— Iré a buscar a Sandra para que te lleve a tu cuarto —me levanto de la