“Flávio”
Entré corriendo a la comisaría y encontré al jefe en la cocina hablando con otros agentes. Llamé a Bonfim y fuimos a su despacho. Le expliqué lo sucedido y vi cómo su rostro se congelaba por la sorpresa.
—¡Menudo lío, Flávio! —Bonfim negó con la cabeza.
—Un lío tremendo, Bonfim —concordé.
—Pero va a empeorar, mucho más —lo miré, sin entender—. Hablé con Melissa hace unos veinte minutos, justo después de que me enviaras el mensaje preguntando dónde estaba.
—¿Te llamó ella? —pregunté, sintiendo ya cómo el pánico me invadía.
—No, la llamé yo. Necesitaba consejo para resolver un asunto con mi mujer —Bonfim se frotó los ojos.
—¿Y luego? ¿De qué hablaron? —pregunté, sintiendo ya cómo la desesperación crecía.
—Luego me preguntó si estabas de servicio y le dije que no. En otras palabras, ella sabe que mentiste, y a estas alturas, tu pequeña seguramente ya lo sabe. —Esto era un problema enorme, y sentía que la cabeza me daba vueltas.
—¡Maldita sea, Bonfim! —Me llevé las manos a la car