"Samantha"
No podía creer que Heitor tuviera el descaro de mentirme tan descaradamente. ¡Estaba indignada! Cuando Melissa me llamó para contarme cómo le había preparado un castigo y se había hecho la tonta para hacerme sentir remordimiento, quise matarlo. Pero Melissa me convenció de ser lista.
¡Hoy me pagará! Vino a recogerme después del trabajo y subí al coche completamente sin palabras. ¡Seguro que lo pillo en casa!
"Sam, sé que ya lo sabes." Empezó a hablar con voz cautelosa, pero me quedé sin palabras. "Sam, háblame."
"¡En casa, Heitor!", fue lo único que dije.
Llegamos a casa y subí corriendo. Me duché y me puse un camisón azul claro, que no solo era corto sino también transparente, y también llevaba una tanga diminuta, y fui a la cocina mientras él se duchaba. Preparé un jugo y disolví una pastilla estimulante sexual en su vaso que lo mantendría erecto toda la noche, sin importar cuántas veces se corriera. Iba a experimentar lo que era sentir dolor.
Cuando bajó, me acerqué a él