Me quedé dormida y ni siquiera vi llegar a Lygia con Pedro. Desperté con Mel sentada a mi lado en la cama, observándome. Abrí los ojos y solo vi una lámpara encendida. Me incorporé en la cama y miré a mi amiga, profundamente triste.
—Amiga, ¿qué pasó? Lygia dijo que estabas en la cama cuando llegó con Pedro. Vino a verte, pero estabas dormida y se dio cuenta de que habías estado llorando. ¿Qué pasó? ¿Ya tuviste tu primera pelea con Alessandro? Ya pasará —dijo mi amiga con una voz tan tranquila que me tranquilizó.
—¡No pasará, Mel, lo que pasó fue horrible! —le dije con los ojos llenos de lágrimas.
—Entonces dime y decidiremos juntas si fue horrible, y si lo fue, enviaré a Nando para que le dé una paliza a ese payaso de Meléndez —dijo, intentando suavizar la conversación.
—Te lo diré. —Pero, ¿dónde está Pedro? —pregunté, dándome cuenta de la hora. Debía de haber llegado a casa hace rato.
—No te preocupes, Lygia va a dormir aquí esta noche y se lo están pasando genial en la sala. Déjalo