Después de recoger los papeles, empezamos a ordenarlos de nuevo. Temprano por la noche, estábamos lejos de terminar de revisar las cuentas bancarias de la empresa, pero Alessandro nos dijo que tomáramos un descanso y comiéramos algo. Mientras contestaba una llamada de Patrício, aproveché para llamar a Mel, preguntarle cómo estaba mi hijo y decirle que aún tenía mucho trabajo.
—Cat, tranquila, Pedro y yo estamos bien. Vamos a cenar, ver dibujos animados y a dormir. Haz tu trabajo, pero tómate un descanso y llama a tu jefe, por favor. —dijo Melissa riendo por teléfono.
—Mel, en serio, tenemos mucho trabajo. —respondí, intentando mantener el enojo, pero sin éxito.
—Cat, se recomienda un descanso de unas dos horas. Además, no tires mis esfuerzos por la borda, hice todo lo posible por seducir al jefe. —dijo mi amiga riendo por teléfono. —En serio, mi amiga, Pedro y yo estamos muy felices de pasar tiempo juntos. Sabes que paso mucho tiempo con él y lo adoro.
—Bueno, Mel, muchas gracias ento