No supe qué responder al instante. Nunca me habían dicho algo como eso ni me habían hecho sentir tan mal. Sentía una punzada amarga en el pecho y ese nudo que se formó en mi garganta no me permitía hablar.
Dolía, debía admitir que sus palabras dieron justo en el centro de mi corazón, hiriendo todo a su paso
Me ilusioné muy rápido. Nunca debí dejarme gobernar la cabeza por sentimientos pasajeros y que nacieron a raíz de una calentura. No es que estuviera locamente enamorada de Amaro, pero sí me hacia mucha ilusión con él.
No sabía qué decir o qué hacer, las palabras no salían de mi boca por más que deseara decirlas. ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí, en el momento y lugar que mejor me sentía?
Mi cabeza explotó en ese instante, todo lo que me venía dando vueltas y martirizando llegó a la cúspide, nublando mi razón. Sentía que era un simple juguete para los demás, un pasaje que hace llegar a la meta. Me sentía usada, solo que esta sí me hacía doler el corazón.
Pasé de sentirme enojad