Mundo ficciónIniciar sesiónPasé una noche de esas malosas, inquieta, con un dolor de cabeza que quería venir, pero no acertaba a hacerlo. Admito que mucho tuvieron que ver con mi insomnio los nervios. En parte por la absurda historia de Valentín. Con el hecho de que habíamos tenido a un vampiro en la salita de estar. Y la posibilidad de que él y yo tuviéramos algún tipo de consanguinidad. Era absurdo. Pero, joder, esa confianza que transmitía y la seguridad con la que afirmaba que lo éramos, me hacía un poco de bola y un nudo en el estómago.
Luego estaba el hecho de que Jan había entrado a formar parte de mi vida. Lo que era bien. Un BIEN en mayúsculas. Pero era un cambiante. Y eso lo complicaba todo de forma exponencial. No podía fingir eternamente lo contrario. Igual que no podría ocultarles a mis padres, eternamente, que estaba viéndome con un chico.
La mañana en la biblioteca me pasó rápida, aunque me sentía un poco embotada y más cansada que de costumbre.
Poco antes de que fuera mi h







