Sofia
Al levantarme siento unos delgados brazos en mi cintura y tengo mis brazos encima de un fornido cuerpo, pego una mirada y veo que la sexy venezolana está a mi izquierda abrazándome y yo estoy abrazando al sexy alemán, tenemos que levantarnos pero estoy cómoda así. «Espero que no se arrepientan».
-chicos- los zarandeo a los dos- hay que ir a la agencia- ellos emiten gruñidos y se tapan con las sábanas. Busco mi celular para fijarme la hora y suelto un suspiro de alivio. Son las cinco y media de la madrugada.
No tengo idea de cómo despertarlos así que me dirijo hacia el baño para ducharme. Voy a tener que ir a mi departamento a buscar ropa decente y cómoda. Roma ya los hubiera despertado de alguna manera ingeniosa, siempre que no podía levantarme lo hacía de formas horribles, como tirandome agua helada o ponerme una bocina en la cara,(esas son las más comunes) es odiosa, me hacía levantarme de malhumor. Me tuvo que tocar una amiga que no tiene paciencia