Ambos bailando bajo la luz de la luna; la única testigo de este momento entre los nosotros. Sus manos acariciando mi espalda a la altura de mis hombros y las mías aferradas a su cintura tal como si ella fuera mi balsa y yo un náufrago que busca sobrevivir. Son tantas las cosas que me hace sentir que no sabría describirlas, pero el miedo a ese adiós temporal me acobarda y no quiero que eso me suceda.
—Te amo rubia. — Le susurró al oído mientras nos movemos.
—Y yo a ti Gianluca. — Responde mientras sigue rozando mi espalda.
—¿Te puedo preguntar algo? — Digo tímidamente.
—¿Me preguntas si me quiero volver a casar contigo y me preguntas si puedes hacer una pregunta? — Cuestiona de