Eleonor estaba impaciente esperando sentada en el sillón del lobby del edificio dónde John tenía un departamento. Miró de nuevo hacia el elevador privado esperando ver a su hijo, entonces las puertas del elevador se abrieron, apareció John buscándola con la mirada y Eleonor se levantó de su lugar haciéndole señas de que estaba ahí.
―Madre, ―saludó John inclinándose a ella y dejando un beso en cada mejilla.
―Hijo, ―Eleonor estaba emocionada, lo miró y no podía creer la decisión que había tomado su hijo. ― ¿Estás seguro de lo que quieres hacer? ―preguntó Eleonor, John la miró y sonrió.
―Nunca he estado más seguro en toda mi vida. ―Eleonor se le cristalizaron sus ojos y levantó su mano para acariciar la mejilla de su único hijo. Al bajarla, suspiró.
―Entonces, ―Eleonor baj