Desperté con una sensación incómoda y nauseabunda. Sentía una punzada muy fuerte en la parte superior de mi cabeza y apenas realizaba movimientos con mi cabeza porque sentía ganas de vomitar. No sabía en donde me encontraba, y los rayos del sol que entraban por la ventana impactaban directamente a mis ojos.
Me senté en la cama y al apoyarme con uno de mis brazos sentí un peso a mi lado. Para mi sorpresa, era una mujer y estaba completamente desnuda, al igual que yo. Traté de acercarme para visualizar su rostro y fue impactante darme cuenta de que se trataba de Julieta.
—¡Julieta! ¡Despierta! —toqué su hombro frenéticamente intentando que despertara.
—Mmmm
Lo último que recordaba era que después de tomar vino en el bar del hotel comencé a perder el conocimiento, lentamente. ¿Julieta hubiera sido capaz de manipular mi copa? ¿Sería capaz? me rehusaba a creerlo.
—¿Jacob? ¿Estas bien? —preguntó Julieta sentándose en la cama mientras se cubría con la sabana.
—¿Como voy a estar bien?