Mariela
He pasado todo el día pensando en lo que me dijo Alberto anoche y por esa razón decido llamar a Ivar, pero quiero contarle todo en persona.
Decido hacerlo de esa forma porque por una llamada las cosas se pueden confundir. Me dice que llegará en algunos minutos y con la preocupación en la cabeza decido esperar.
Desde el momento en que toca el timbre, me paro y voy a abrirle la puerta. Lo hago pasar y de inmediato le doy un fuerte abrazo.
Ivar: ¿Qué sucede?
— Solo quiero decirte antes que nada, que no tomes las cosas a mal.
Ivar: no te preocupes, pero dímelo ya.
— Alberto sigue viniendo aquí a la casa y sigue con su insistencia de volver conmigo.
Ivar: supuse que él seguiría viniendo, porque no acepta perderte de esa manera.
— Lo amenazo con llamar a la policía, pero él sigue con su insistencia y no sé qué hacer.
Ivar: tendrás que ponerle una orden de alejamiento, quizás así deja de venir a molestarte