La Carta de Juan
El apartamento donde Aurora y Álvaro habían vivido tanto tiempo ya no era el mismo.
El juicio, la presión de la investigación y las complicaciones en su embarazo la habían obligado a mudarse temporalmente, alejándose de la turbulencia. Ahora vivía bajo estrictos cuidados, rodeada de personas que la protegían.
David Montero, su abogado, se había convertido en un guardián incondicional. Su asistente, el joven Andrés, que siempre lo llamaba “la pequeña criatura” con ternura, como si protegiera un tesoro frágil.
Soledad, quien también había estado a su lado, finalmente regresó a su pueblo después de 15 días. Ya no podía seguir dejando su tienda cerrada.
Pero Aurora no estaba sola. David y Andrés la cuidaban con esmero. Clara estaba al pie del cañón ,más ahora que Valen está ayudando a Álvaro con el caso .Una tarde Aurora recibió una visita inesperada.
El timbre sonó.
Aurora, estaba sentada en el sillón con su vientre redondo de seis meses, miró hacia la puerta con expresi