117. CORAL
Coral se despierta en medio de un terror que le roba el aire. Todo está oscuro, como si la noche misma se hubiera apoderado de la habitación y la envolviera con sus garras sombrías. Está desorientada, con el corazón latiendo frenético, perdido entre las tinieblas que nublan su mente. Se sienta en la cama con movimientos torpes, se abraza intentando encontrar consuelo en sí misma, una protección que no consigue. Mientras su respiración se convierte en jadeos desesperados, busca a alguien entre las sombras, alguien que debería estar allí pero no está.
—¡Vicencio...! ¡Vicencio...! ¿Dónde estás...? ¡Vicencio...! —El grito desgarrador rompe el silencio y llena la habitación de eco, como si llamara a un fantasma. Coral lo llama una y otra vez, en un espiral que parece ahogarla desde la esquina de su cama. Su voz carga un dolor crudo, una desesperación que no entiende.
De repente, la puerta se abre con rapidez. Una figura se mueve en la penumbra y viene corriendo hacia ella, los pasos ap