Se dibujó una dulce sonrisa en los labios de Débora y sus ojos verdosos se cristalizaron.
—Eres tan diferente a lo que dicen de ti —colocó su mano en la mejilla de Dannon—. He oído que eras un ser frío y despiadado igual que tu padre, pero me has demostrado que se equivocan. Eres bueno y noble, com