Tras varios minutos de dedicarse a encender las llamas, la joven bajó la cremallera del pantalón del Beta y, con cierta dificultad, logró sacárselo. Se colocó en posición y, sin siquiera dudarlo, tomó la virilidad del hombre y procuró sentarse sobre éste. Al hacerlo, lanzó un quejido de dolor.
—¡Co