Kallen permaneció inmóvil durante unos segundos, observándolo perpleja.
—¿Q-Qué? —soltó a duras penas—. ¿Usted está… hablando en serio?
Dannon se acercó aún más para deshacerse de los pocos centímetros que los separaba, a lo que Kallen retrocedió por instinto. El Alfa siguió avanzando hasta que, f