Lucien respiro profundamente y con pequeñas pausas para tratar de recobrar la calma, no ganaba nada exasperándose, necesitaba estar en sus cinco sentidos para poder ayudar a su hermana.
—Padre está vivo— dijo Francine mirándolo directamente a los ojos, para enfatizar su punto.
—¿Cómo estás tan segura?— Los leves temblores de Lucien se intensificaron, hasta que Francine tomo sus manos entre las de ella.
—Es padre, conoces a padre, mejor dime ¿Quiénes son estás personas?— Julián enfoco su mirada en el par de hermanos, esa era una buena pregunta, Adne también se detuvo al ver que había perdido la atención de su oponente.
—Son aliados— Lucien trató de evitar la mirada severa de Francine.
—Eso no responde mi pregunta, Lucien— Lucien sabía que Francine casi nunca lo llamaba por su nombre, por lo general eso significaba que estaba empezando a impacientarse.
—No sé cómo explicarlo— La mirada de Francine disminuyó un poco su intensidad, lo que sea que haya pasado aún estaba lastimando a Lucien