Capítulo 14

Eliza algo confundida obedeció la orden de Carlos. Mientras la joven se dirigía a buscar al administrador, él se quedó con la anciana que sentía mucha vergüenza y hasta cierto temor. 

—Señora cuénteme, cómo es que usted está a cargo de sus nietos. ¿Los padres de los niños en dónde están?

La mujer deglutió con dificultad la saliva. 

—Lo que pasa patrón que mi hija se metió con un mal hombre, que la maltrataba —sollozó la anciana con tristeza—. Era un bueno para nada, solo tenía a mi hija para llenarla de muchachitos, por más que le aconsejé, que le supliqué que lo dejara... No me hizo caso —suspiró la mujer. 

—¿Qué pasó con su hija? —indagó el joven. 

—Ese desgraciado la humillaba, la maltrataba física y verbalmente, mi hija en varias ocasiones se separó de él; venía con sus niños hasta mi humilde casita; pero el infeliz, le pedía perdón y la convencí

Angellyna Merida

¿Se imaginaron a Carlos Duque ayudando a una anciana? ¿No imaginaron que el prepotente Carlos tenía un lado humano?

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