HOMBRE 3. Capítulo 36.
Natasha inspiró con tanta fuerza que sobresaltó a Alexey y a Drake, quienes miraban de cerca su trance.
El primero, maravillado. No se cansaba de ver a su brujita brillar como un diamante cuando ponía en práctica sus dotes angelicales, haciéndola tan bella y perfecta como una verdadera aparición celestial.
Drake en cambio, tenía una mezcla de furia, desesperación y miedo que le costaba dominar. Sus manos temblaban ansiosas, anhelando arrancar cuellos y triturar huesos hasta hallar a su amada.
—Kholat Syakhl —dijo la bruja y abrió los ojos de manera repentina.
—¿Kholat Syakhl? —repitió Alexey, confundido.
—La montaña de la muerte —expresó Drake con irritación—. La llevó a Urales, ¡a la guarida de Belial! —aseguró, recordando el sitio maldito donde ellos habían robado las gemas del destino y donde Yelena se enteró de su complicada y perturbadora realidad.
En ese lugar Belfergor había tenido prisionera a Hamiah, haciéndole los más atroces maltratos.
Enseguida se puso de pie para preparar