Capítulo 4

—¡Dios! definitivamente eres un dios griego mi Arthy—dijo Amadehus mordiéndose él labio inferior, lo cual al mismo tiempo me reparaba como si quisiera grabar en su mente cada parte de mi cuerpo.

 —No estoy para tus bromas.—dije

—¿Quieres venir a desayunar?¿O prefieres hacer otras cosas?—Dice lanzando me un beso al aire.

—Que buen chiste, pero no gracias... Además son las 7 am y me acabo de ejercitar, solo se me antoja duchar me y tal vez luego una taza de café con una cajetilla de cigarrillos—le dije riendome.

Al muy descarado, se le estaba saliendo la baba y me causo mucha risa, este se percato y se la seco rápidamente, me miro atónito, y no lo culpo mi voz gruesa y llamativa con mi risa combinadas, es un digno show que cualquiera quisiera apreciar.

—Esta bien mi Arthy, además ¡te quiero presentar a la nueva!— Dijo con un tono tan chillón que me hizo sangrar los tímpanos, pero al mismo tiempo con un ápice de picardía.

—¿Chica nueva eh? Hacia ya tiempo que no enviaban a gente por aquí...

—Pues si Arthy. Pero ella no es como los demás. Es hija de luz...luzbel.—dijo temblando

—Por fin algo divertido que hacer en esta estúpido manicomio. Además es carne fresca; veamos cuanto dura—dije caminado tranquilamente hacia él baño de la habitación.

          

(...)

   

Terminamos en mi "comedor privado"  por que sí, tengo uno gracias a que no quieren que muera nadie más por mi culpa.

Al estar en mi "comedor privado"  con Amadehus y 6 guardias de seguridad que cuidaban cada movimiento que yo hacía, me coloque a pensar en él manicomio. Aquí todo era tan aburrido todo blanco y común, pero lo que me divertía en estos momentos, es que soy más alto que Amadehus ya que mido 1.97 y él 1.79. Aunque no soy él más fornido ya que los 6 guardias son unas rocas andantes.

Al cabo de unos minutos, Amadehus pidió traer a la hija de lucifer ante mis ojos para deleitarme.Gracias a lucifer, tengo a Amadehus de mi parte, ya que sabe toda la verdad y no es necesario ocultar  que no me quitaron la memoria en su totalidad como a los demás pacientes. Si no lo tuviera a él, ya estaría completamente loco.

—¡Allí viene!—dijo Amadehus señalando la única puerta que hay en mi "comedor privado".

Mire a donde este apuntaba entusiasmado. Me quede completamente helado, mi cuerpo se tenso mis latido se aceleraron y sentía que me faltaba el aire.

¡¿Qué me ocurría?!

Y fue allí, cuando volví a ver a es mujer...

¡la mujer de los ojos color oliva!.

¿Será real?

Puede ser..

¿Es ella ?

¡Claro que lo es!

Y está viva...

Qué lástimadijo un eco en mi cabeza.

Me quede mirando a la mujer que estaba caminando decidida hasta dónde nos encontrábamos Amadehus y yo. Ella con él cabello negro azabache sedoso y largo, rozandole los glúteos... su tez era morena pero con toques de elegancia y superioridad, que no se le ve ha cualquier mujer, ella me miraba con una sonrisa que podría enloquecer a todo hombre en un instante.

Menos mal que no somos cualquier hombre.

Estoy de acuerdo contigo conciencia.

La mire con una ceja alzada y en cambio ella solo me devolvió esa sonrisa siniestra, avanzó hacia mi especialista y lo saludo con cariño y a mi me estrecho la mano fuertemente.

No se cuanto tiempo me quede así. Pero noté que Amadehus me miraba con una sonrisa que dejaba ver su perfecta dentadura diciendo:

—Que te pasa, te has quedado allí como un idiota por 5 minutos, Arthy se educado y presenta te—ni me inmute con lo que dijo, solo la miraba a ella—Y deja de mirar la así —susurro sólo para nosotros.

—Mi nombres es Arthurd Quil, un placer—la mire elevando mi mentón con ademán de superioridad y le sonreí pícaramente, devolviendo le el apretón de mano.

—¡¡Por fin!—!exclamo el rubio.

—Me llamo Alex Orash, él placer es todo mío—dijo ella con una voz melosa que me dejo como un idiota.

—¿Te quedas a desayunar con nosotros Alex?— pregunta Amadehus.

—Tengo que irme, solo vine por que me mandaste a llamar,lo dejamos para otra ocasión; con su permiso—responde ella nerviosa haciendo el ademán de irse.

—Bueno pero yo sí—dije desinteresado mientras ella se despedía con la cabeza.—quiero café y cigarrillos.

—Bueno Sr.quiero café y cigarrillos aun no tienes esos privilegios pero por ser tú, te complaceré. Pero después te lo tendrás que arreglar tu solito Arthy—dijo haciendole señas a uno de los guardias para que fuera por lo que pedí. —¿Cómo que te gusta la chica nueva? ¿No?.

Lo mire rápidamente como si mi mirada pudiera matarlo y al final puse mis ojos en blanco cuando él solo fingió no haber dicho nada.

— jajaja ¿Nervioso Quil?—Murmuró

—¡Jamás!—me senté en la única mesa del lugar en silencio y con una sonrisa plasmada en el rostro, todo gracias a aquella mujer de ojos color oliva, que se hace llamar Alex Orash...

                                                      

(...)

A sido un largo y pésimo día,  Amadehus y yo recorrimos de mi habitación a mi "comedor privado" una y otra vez, ya que este se negó a dejar me dormir todo él día.

A pesar de que mi recorrido era limitado pude enterar me de algunas cosas interesantes.

Cómo saber que hay  666 pacientes en total en TESAB. Y yo soy él numero 666.

También saber que la chica de ojos color oliva la cuál hoy me dijo que se llamaba  Alex, no es una paciente en realidad es una especialista de alto rango que esta a cargo del paciente 333.

Y también escuchar que hay un lugar donde guardan absolutamente todos los datos de los pacientes que están y pasaron por él TESAB; Le dicen él cuarto de los archivos. El cuál se encuentra en lo más recóndito del manicomio.

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