Cerca de las dos de la madrugada, un sonido bastante estridente la despertó, sin pensar en esconderse se levantó aturdida aun por el sueño y antes de siquiera acabar de entender lo que sucedía alguien la sujetó por detrás. La voz del hombre que parecía decidido a hacerle daño sonaba llena de odio.
—La pequeña puta está sin protección. Tantos sobrenaturales rodeándote y pude llegar a ti de forma sencilla.
—¿Qué quiere?
—Me han dado buen dinero para acabar contigo.
¡AYUDA…!
En el cuarto aparecieron no solo sus compañeros, estaban también Vlad, Colmillitos, Gabe y Alexander, todos rodeando al intruso.
—Vas soltando a Emily, ella es mi compañera.
—Alteza, en el momento en que la suelte acabaré muerto, sujetarla es mí única garantía de salir vivo.
—Te lo ordeno, vampiro, liberarás a Emily en este momento.
El poder de compulsión fue fuerte y no hubo manera de que pudiese resistirse. Emi cayó al suelo agarrándose el cuello en su lucha por poder respirar. Amón se acercó