— Tú... me gustas, Edan ¿Bien? lo dije, pero eso no quita el hecho de que me fallaste, confíe en tí — su voz tembló un poco— ¿Porque siempre los hombres me hacen daño? — murmuró más para ella.
— Yo no quería hacerte daño, nena— le limpio el rastro de una lágrima solitaria — escúchame, mi intención jamás fue esa, ese día no me dejaste explicarte, si, se que tuve que hablar contigo primero, explicarte lo que estaba haciendo pero pensé en decírtelo luego.— ¿Decirme que? Habla de una buena vez, Edan.— Mandé a investigar a tu padre — Kath frunció el ceño ¿Para que lo quería investigar? Ella se había separado de su familia y ya está, no había vuelto a saber de él. Si a ella no le interesaba saber de su padre ¿Porque a él si?— ¿Por qué?—Solo quería mantener vigilado a esos dos miserables que te dañaron en el pasado— le comento Edan, el no quería mentirle, mas bien queria arreglar este desmadre de una vez por todas. — Pero cuando ví el in