-Nada que tenga interés en compartir contigo.

Jace confiaba en Kaleb, más allá de que de habitual parecían discutir como perro y gato. Incluso sentía la necesidad de contar la historia a alguien, pero no quería que la novedad de su incipiente relación con Tina se convirtiera en el chisme entre los suyos. No porque creyera que cotillearían con mala intención sino para proteger a Tina. No sabía cómo se sentiría ella al creerse observada y tal vez un poco cuestionada. Aunque no le cabía duda de que si Milo o Regina tuvieran algo que decir sería en relación a él y no a Tina.

-Si crees que puedes mantener el secreto no me conoces-le indicó su hermano.

-No hay nada que saber-negó.

-¡Patrañas! Esa cara, esa expresión tuya la conozco bien. Cada vez que tuviste a alguien importante en tu vida lo pude leer sin problemas.

Jace lo ignoró y se dirigió a la zona de pesas, donde procuró trabajar sin prestar mayor atención.

-Voy a perseguirte hasta que me lo cuentes.

-¿Qué es lo que quieres? ¿Vas a h