El silencio inundó el lugar por un par de segundos, las miradas confundidas viajaban del uno al otro; ninguno había pensado en que tal posibilidad existía, y su primer pensamiento fue culpar a la señora Bianca de esto.
—¡¿Qué ella qué?!— exclamó Kennedy observando a los oficiales, Vanessa mantenía el silencio.
—Esto tiene que ser un plan de Bianca, ¡Esa vieja bruja nunca sabe cuándo detenerse! — bufó Marcelo bastante frustrado. Una pequeña risita se escapó por los labios de Vanessa al escuchar a su «amigo» referirse a su madre de esa manera. Sin embargo, esta sonrisita se esfumó al encontrarse con la confundida mirada de su hermana, la cual no soltaba su mano, estaba firmemente aferrada y no tenía planeado solt