22.
MEGAN
Mi dulce hermana es muy descarada. Ahora lo veo, lo entiendo.
Desde que llegué dijo que Jude había logrado olvidarme y me negaba a pensar que aquello sí había pasado, hasta ahora. Después de que él se la llevara cargando en sus brazos, no regresó a ver como yo estaba, ni siquiera preguntó por mí. Habló con ella, la cuidó no sé cuánto tiempo y para cuando yo salí del cuarto, me encontré con la noticia de que mi esposo ya había dejado la casa hacia rato.
Estoy molesta. La actitud de mi hermana de no querer dejar a mi esposo en paz no me deja más alternativa que comenzar a buscar un esposo para ella, lo antes posible.
No tengo idea de quién puede ser y a este punto, dónde desearía tener más tranquilidad por mi bebé, ya ni siquiera me importa con quién se case, solo quiero que se largue de esta casa y ya que ese trabajo recae en mi, después del desayuno me pongo en campaña de hacer mi trabajo.
Para esto necesito la bendición del abuelo, por eso golpeo la puerta de su despacho es