23.
JUDE
Decir que tengo la cabeza hecha un lío es decir poco. No he sido capaz de comer o dormir bien desde que pasó lo que pasó con Isabella. Tampoco he sido capaz de regresar al cuarto que comparto con Megan porque no tengo idea de cómo mirarla a los ojos y no decirle la verdad por lo que me he estado ocultando.
No quiero ver a ninguna de las dos. De hecho, mi mayor preocupación ahora es mi bebé, rogar porque todo salga bien y para eso necesito tener en calma la situación en la mansión.
No tengo idea de cómo solucionar los problemas que Megan ocasionó con mi padre y mi tía, pero sí sé cómo ganar su cariño para ella. Ese es mi plan, solo espero que funcione.
Ahora mismo estoy a punto de salir en busca de la primera parte del plan, cuando el mayordomo de mi abuelo me detiene en la puerta de la mansión.
—Permiteme. Quiero irme—pido con firmeza, a lo que él se niega.
—Mi señor quiere verlo.
—Cuando regrese.
Hago ademán de moverme hacia un costado, pero se interpone en mi cam