21.
JUDE
Isabella lloriquea en silencio todo el camino hasta su habitación. Apenas entramos la acomodo en la cama para poder verle el rostro intentando hacer un recuento de daños, sin embargo se prende de mi cuello obligándome a darle un abrazo que en este caso, no se siente nada mal reconfortarla.
Isabella ha pasado por mucho. Su vida fue y es demasiado dura viviendo con sus padres quienes la criaron para encontrar al esposo perfecto en medio de agresiones y humillación. Lo supe todo cuando comenzamos a encontrarnos más en el mismo camino y lo entendí cuando me convertí en su prometido.
Ver la forma en que su padre la trataba solo me hizo aferrarme con más ahínco a la posibilidad de convertirla en mi esposa solo para darle la libertad que tanto había soñado.
Estaba listo para tomar ese lugar, muy a pesar de lo que dictaban mis emociones por su hermana, les seguí la corriente. Compramos el anillo, la llevé conmigo a casa, le estaba dando la vida que se merece por ser tan buena persona