ejo salir un bostezo y miro las cuentas del taller con aburrimiento. Anoche no dormí nada gracias a Luke. No sé por qué aún se despierta en las noches, recuerdo que Lexi solo lo hizo el primer mes, luego dormía la noche entera, pero como me dijo Owen: no todos los bebés son iguales. Suelto la pluma en mi escritorio y dejo caer mi espalda en el respaldar de mi sillón. Estoy a punto de cerrar mis ojos para dormir un poco cuando la puerta es tocada.
— ¿Si? —uno de mis chicos se asoma.
—Erick, te busca una mujer —frunzo el ceño—.
— ¿Quién?
—No lo sé, pero es alta y rubia — ¡maldición! Ruedo los ojos y le digo que la deje pasar—.
Han pasado dos semanas desde el bautizo y aunque le dije que llamaría a la policía ella sigue viniendo cada día a molestar. Ya no sé qué haré. Su voluptuoso cuerpo se hace presente en mi oficina y la miro serio. Lorena baja la mirada y juega con sus dedos.
— ¿Ahora qué? —Digo fastidiado ya de su presencia.
—Llevo dos días sin comer, Erick, ayúdame por favor —respi