Gina
No. No. No.
Salgo del auto y me quedo mirando mi planta, se ve totalmente negra desde aquí y mi corazón se estruja en mi pecho. Mi casa, aquel lugar donde me sentía segura y en paz está destruido ante mis ojos. Unos bomberos salen del edificio y corro hacia ellos.
—Soy Gina Lewis, soy la dueña del apartamento incendiado. Dígame que ha pasado, ¿hay alguien herido? —Pregunto nerviosa y siento unas manos tomarme de la cintura—.
—Tranquila cariño —susurra Chad en mi oído y me abraza—. Mi esposa y yo somos los dueños de la vivienda —el rescatista asiente—.
—Lamento decirles que las llamas han acabado con todo lo que hay dentro, las paredes están destrozadas casi en su totalidad y el lugar será restringido por el peligro que puede llegar a ser para las personas —jadeo por la sorpresa y vuelvo a mirar hacia arriba—.
— ¿Hay algún herido?, ¿Cómo se provocó? Diga algo. —Desesperada veo como comienzan a evacuar a los residentes del edificio—. ¿Por qué los están sacando?
—Evacuamos el edific