Owen
—Tu quieles matal a mi mami —Heather hace un puchero y al segundo comienza a llorar—.
—Hey, no —trato de levantarme pero el brazo de Lexi me detiene y sus ojos me dan una mala mirada—.
Cierto, estoy desnudo.
—No cariño, ven aquí —la llama en un tono dulce y la niña corre hasta subirse a la cama—. ¿De dónde sacas esa cosa tan fea?
—Él tenía sus manos en tu cuello, en la televisión eso se hace pala matal —me mira con desconfianza y aprieto mis labios para no reír—.
—No, papi solo me estaba... me estaba... —mira a su alrededor buscando una excusa—. Papi te lo dirá, bebé —abro los ojos como platos y Heather me mira esperando una respuesta—.
—Bueno... yo solo le estaba... mostrando una llave de lucha, eso, sí —rasco mi nuca y una sonrisa divertida crece en los labios de Alexia—. Maldita.
— ¿Una llave? —Me mira confundida y asiento—. ¿Me la puedes enseñal, papi?
— ¡No! —Gritamos al unísono—. Nunca lo intentes, cariño, eso es solo para adultos —le digo.
—Ah —limpia sus mejillas mojadas