—Tócame — susurre, Cameron sonrió.
Sus dedos recorrieron mis mejillas apartando las lágrimas que aún continuaban cayendo por ellas, su sonrisa vaciló un segundo, pero se mantuvo firme al final.
Tomó mi mano y me atrajo a su cuerpo, olía a lluvia y a menta, inhale profundamente tratando de calmarme y grabar su aroma en mi memoria.
—¿Vas a decirme qué fue lo que pasó? — pregunto de nuevo, sus labios se pegaron a mi cabello y me sostuvo durante lo que pareció una vida entre sus brazos tratando de hacerme sentir mejor, no tan estúpido, un poco menos cobarde.
Pero me sentía justo así, un estúpido aferrándose a otra persona que no conocía que podría ser incluso peor que Adam.
Ya no importaba, nada de esto importaba ya. Quería sentirme bien,