Camila
La fiesta era increíble, mi vida ha mejorado de una forma que amaba, ahora todo volvía a ser como antes, solo que ahora tengo a un hombre que me acompaña. Yo estoy bien, mi matrimonio también, mi familia volvió a surgir, tengo una gran amiga, Beto por fin comprende las cosas y ha dejado de involucrarse en mis asuntos.
Me senté a tomar champaña, disfrutaba de la vista, del aroma delicioso y buen sabor de la bebida. Miré hacia la dirección en la que se fue Franco y lo vi salir algo sulfurado.
—Mi amor, ¿estás bien? ¿pasa algo?
—Estoy bien, solo que ya estoy agotado. Quisiera irme a casa.
—No amor, todavía no quiero volver a casa. Quedémonos un poquito más, por favor.
—Solo dos minutos y nos vamos.
Él se quedó parado a mi lado, no quería sentarse. Pensaba en esperar a mi lado que me tomara la champaña para luego irnos.
—Por favor, siéntate. Quédate aquí conmigo, ven.
—Espero no haber tardado mucho en el baño —dice Mellisa llegando a la mesa.
Su nuevo novio la abraza, pare