Camila
Estaba tan cansada que estuve a punto de rendirme, de solo pensar que si dejaba eso como estaba al día siguiente tendría que volver a ver esa montaña de papeles que me estaba dejando sin vida. Tuve en mi cabeza todo momento que yo era capaz, que yo podía, que soy fuerte y valiente; que soy más fuerte que una pila de papel, que Franco no iba a poder conmigo y yo era más que sus limitaciones contra mí.
Quiero recuperar lo que le pertenece a mi padre, me he propuesto trabajar arduamente para eso. En algún momento puedo tener mucho dinero, demasiado, tanto que pueda comprar de vuelta ChocoFrench y darle a mi papá el cargo que solo a él le pertenece. El dueño y CEO.
—Estamos listos para irnos, Camila ¿aun no termina de comer?
—No, sabe que me salí tarde de mis ejercicios.
—Ese no es mi problema, sabía que debíamos irnos a esta hora. ¿Por qué no interrumpió sus ejercicios antes?
—No podía dejar mi rutina a medias, podría usar la piscina, pero usted me impidió el paso.
—Me voy, ya ust