—lo mejor es que me suelte la mano señor Salvatore— Mía intenta soltarse de su agarré, puede escuchar la murmuración de la gente, y puede sentir sus miradas de mala vibra
—descuida, somos buenos amigos ¿O no?— Salvatore en breve movimiento la hace ponerse frente a él —no temas, es que eres tan bella que todos me envidian, por favor, déjame disfrutar de tu compañía— súplica Kians y Mía presiona sus labios para callar sus palabras de negación —vamos a bailar y a comer, a pasarla muy bien juntos ¿Bueno?
—esta bien, pero por favor, le aclara a sus empleados que solo somos amigos, no quiero malos entendidos
—no soy suficiente para tí ¿Cierto?
—por favor, no me ponga contra la espada y la pared, seamos buenos amigos— dijo Mía y Salvatore le sonríe ampliamente, pero algo pasa, Kians, siente un fuerte olor impregnarse en sus fosas nasales. Al desviar su mirada de Mía, mira alrededor siendo audaz, y puede ver a Liam, el Rogue
Para Salvatore, fue excelente para hacerle entender que Mía será