Capítulo 2

00:30 am.

Mi celular comenzó a sonar.

¿Por qué m****a me llaman a esta hora? ¿No tienen nada mejor que hacer?

- ¿Hola? - Mi voz somnolienta y ronca resonó por toda mi habitación.

-Lo siento ¿Te desperté? - Mi mejor amigo Josh, se encontraba borracho llamándome a las doce de la madrugada ¿Qué acaso no puedo tener mi sueño de belleza? Un galán como yo no puede tener ojeras.

-No imbécil, estaba jugando al cricket. - Que pregunta tan estúpida ¿No?

-Lo siento, lo siento, es que estoy... ya sabes...- Se detuvo y a juzgar por el sonido que se escuchó del otro lado de la línea, para darle un trago a lo que imagino, es cerveza. - En una fiesta, hermano.

- ¿Y eso a mí qué? - Comenzaba a molestarme ¿En serio me estaba llamando para esto?

 - ¿Recuerdas a Trishna Kleinish? La de la clase de inglés. - Hice un ademán con la voz para que entendiera que sí recordaba a la chica.

-Me pidió que te llamara a ver si puedes venir, ya sabes... a tener un poco de acción. - Dijo con ese brillo en su voz que me explicó todo.

-Dile que estoy allí en 20, que yo llevo los globos para la fiesta. - Palabras claves.

Tomé una ducha rápida y me coloqué lo primero que encontré a disposición, de igual forma, gran parte del tiempo que me encuentre en el lugar, lo pasaré sin ropa. Bajé las escaleras solo para encontrarme con cuatro chicas en pijamas, abrigadas y con la vista fija en el tv.

- ¿Dónde vas tan tarde? - Se escuchó la voz de mi hermana apenas me vio bajar las escaleras.

Ellas estaban en el living, acostadas todas en nuestro espacioso sofá, el cual estaba frente a las dichosas escaleras; ahí se encontraban Meghan Crane, la rubia, Courtney Jones, la pelirroja, Sara-Lee Price, la mejor amiga de mi hermana y la susodicha Alanna Martínez.

-A coger. - Dije cortante acercando la llave a la cerradura.

- ¿Llevas protección? - Respondió ella, preocupada. - ¿Sara-Lee tienes condones? 

Ella abrió los ojos sonrojada, prácticamente hizo pública su vida sexual activa.

Una pequeña "O" no pudo evitar hacer acto de presencia en mi rostro.

-N.…no, estamos solo chicas así que ¿Para qué t-traería? - Ahora estaba nerviosa.

Es más que obvio que lo dicho por mi hermana la incomodó.

Lucía tan tierna. 

-Yo tengo, cara de culo. - Dije empezando a abrir la puerta. - Deja a la pobre "Mocos" en paz.

-Ya lárgate y deja en paz a mi chinita. - Habló por primera vez Meghan; esa rubia siempre defiende a todas, en especial a la Mocos, que nunca lo hace por sí misma.

-Está bien, Meghan, no pasa nada. -Escuché decir a Sara-Lee. - Adiós Caleb, estaciona con cuidado y no tomes si estás conduciendo. -Fue lo último que escuché antes de cerrar la puerta.

Caminé hacia mi auto y conduje hasta el lugar, al llegar había jóvenes borrachos orinando, vomitando y cogiendo en todo el jardín, era asqueroso. Al entrar, me hice camino en medio del tumulto de gente que se hallaba bailando en el centro del lugar hasta llegar a la barra.

Trishna estaba allí sentada, buscando con la mirada hasta que me encontró, me hizo un ademán de que la siguiera y nos dirigimos escaleras arriba.

Algunas habitaciones estaban cerradas hasta que llegamos a una en específico, entramos y al cerrar la puerta detrás de mí, la alta chica saltó sobre mis brazos y nos besamos torpemente hasta llegar a la cama tambaleándonos.

Subí su falda y al parecer ya estaba preparada porque no tenía ropa interior ¡Genial!

Esta noche "Espectro" volvió a triunfar.

**

Dos horas después salí de la habitación dejando a una rubia dormida y llamé a Josh.

- ¡Hola! - Gritó debido a la fuerte música.

- ¿Sigues aquí? - Pregunté a mi aún ebrio amigo.

- ¡Si! ¡Te veo en la puerta! - Y colgó.

Al llegar a la puerta, Zamar estaba con el resto de los chicos; Robbie Shake, Alex James y Christian Sanders.

Nos llaman "Los cinco fantásticos" (Nadie nos llama así excepto Alex)

Los cuatro corrieron donde mí y me empujaron, ebrios, al auto.

- ¿Qué m****a les pasa ahora? - Pregunté cuando ya estábamos todos en el Jeep.

-Golpeamos a un chico, y luego aparecieron dos grandotes. - Dijo Chris escondiendo su cabeza bajo la puerta para que no se viera a través del vidrio.

-Ahora nos están buscando, y tú debes salvarnos. - Continuó nervioso Robbie.

-Si, ahora avanza princeso azul ¡Rápido! - Culminó Al, haciéndome arrancar el motor de la manera más agresiva y rápida posible.

- ¡Nos has salvado, estamos agradecidos! - Imitó Josh, exactamente como los de la película.

No pude evitar reír a convulsiones al escucharlo.

-Tendrías futuro haciendo doblajes, Joshito. - Dijo Al, parando de reír al fin.

- ¿Qué tal si te la dejas meter doblada, mejor? - Respondió el moreno.

-Lo siento, tú le serías infiel a Espectro y yo dejaría cornudo a mi precioso Robbie Hood. -

-Cállense y duerman, borrachos tontos, si comienzan a besarse y dejar sus fluidos en los asientos de mi auto, los moleré a golpes. - Exclamé divertido tratando de calmarlos.

Si seguían así, se repetiría la situación incómoda de la fiesta anterior, donde se quitaron la ropa y durmieron abrazados y en boxers en el asiento trasero.

Luego de eso no los escuché más hasta que los dejé a los cuatro en casa de Chris, los dejé dormidos en el jardín y tomé camino a mi hogar, eran las 2:45 am y estaba muriendo de sueño.

Entrar a mi casa y recibir almohadazos, gritos y una que otra patada no es lo más adecuado para alguien que está cansado. Venía de haber pasado una buena noche, pero estas niñas locas espantaron.

- ¡33-12! ¡Tenemos un 33-12! - Gritaba Meghan mientras dos chicas más salieron de su escondite, armadas con cojines y espátulas.

¡Mierda!

¿Les vino la regla a todas juntas o qué?

- ¡Mujeres psicópatas! - Exclamé en el suelo, recibiendo patadas y almohadazos. - ¡Déjenme en paz!

-Es el Fantasmita, ¡Aborten la misión! ¡Repito! ¡Aborten la misión! - Gritó Courtney, al cerciorarse de que sí fuera yo.

- ¡Les dije que ésto era una mala idea! ¡A esta hora los ladrones están con sus hijos! - Gritó Sara-Lee, saliendo de detrás del sofá; fue la única que no salió al ataque.

- ¿Qué m****a les pasa a ustedes ahora? ¡Locas! - Exclamé acariciando mi nuca, ahora estaba cansado, con el cabello lleno de suciedad de las almohadas y con marcas en toda la piel de golpes con espátula.

-Acabamos de ver una peli acerca de ladrones, y escuchamos un ruido provenir de afuera. - La pelirroja se detuvo un momento para mirarme mal. - Para la próxima, piensa en la opción de hacer menos ruido cuando estaciones el auto.

- ¿Y pensaron que con espátulas y almohadas atraparían a un ladrón? - Enarqué una ceja incrédulo ¿Es en serio?

- ¡Hombre! Pues a ti te detuvimos ¿O no? - Dijo ahora Meghan, retándome.

-Me voy a dormir, he leído por ahí que la esquizofrenia es contagiosa al igual que los piojos. - Dije para tomar camino a las escaleras.

-Si se mete un ladrón te llamaremos. - Habló mi hermana, imponente.

Estaban traumatizadas con ese tema.

- ¡Que las proteja Sara-lee, ella tiene sangre Jackie Chan corriendo por sus venas! -Grité para cerrar la puerta de mi habitación tras de mí, luego de subir las escaleras.

Me tiré en mi cama y dormí como si no hubiera un mañana.

De no ser por el incidente con mi hermana y sus raras amigas, todo estaría bien esta noche. ¡Hombre! que no fue la cogida del siglo, pero, no ha estado nada mal.

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