00:30 am.
Mi celular comenzó a sonar.
¿Por qué m****a me llaman a esta hora? ¿No tienen nada mejor que hacer?
- ¿Hola? - Mi voz somnolienta y ronca resonó por toda mi habitación.
-Lo siento ¿Te desperté? - Mi mejor amigo Josh, se encontraba borracho llamándome a las doce de la madrugada ¿Qué acaso no puedo tener mi sueño de belleza? Un galán como yo no puede tener ojeras.
-No imbécil, estaba jugando al cricket. - Que pregunta tan estúpida ¿No?
-Lo siento, lo siento, es que estoy... ya sabes...- Se detuvo y a juzgar por el sonido que se escuchó del otro lado de la línea, para darle un trago a lo que imagino, es cerveza. - En una fiesta, hermano.
- ¿Y eso a mí qué? - Comenzaba a molestarme ¿En serio me estaba llamando para esto?
- ¿Recuerdas a Trishna Kleinish? La de la clase de inglés. - Hice un ademán con la voz para que entendiera que sí recordaba a la chica.
-Me pidió que te llamara a ver si puedes venir, ya sabes... a tener un poco de acción. - Dijo con ese brillo en su voz que me explicó todo.
-Dile que estoy allí en 20, que yo llevo los globos para la fiesta. - Palabras claves.
Tomé una ducha rápida y me coloqué lo primero que encontré a disposición, de igual forma, gran parte del tiempo que me encuentre en el lugar, lo pasaré sin ropa. Bajé las escaleras solo para encontrarme con cuatro chicas en pijamas, abrigadas y con la vista fija en el tv.
- ¿Dónde vas tan tarde? - Se escuchó la voz de mi hermana apenas me vio bajar las escaleras.
Ellas estaban en el living, acostadas todas en nuestro espacioso sofá, el cual estaba frente a las dichosas escaleras; ahí se encontraban Meghan Crane, la rubia, Courtney Jones, la pelirroja, Sara-Lee Price, la mejor amiga de mi hermana y la susodicha Alanna Martínez.
-A coger. - Dije cortante acercando la llave a la cerradura.
- ¿Llevas protección? - Respondió ella, preocupada. - ¿Sara-Lee tienes condones?
Ella abrió los ojos sonrojada, prácticamente hizo pública su vida sexual activa.
Una pequeña "O" no pudo evitar hacer acto de presencia en mi rostro.
-N.…no, estamos solo chicas así que ¿Para qué t-traería? - Ahora estaba nerviosa.
Es más que obvio que lo dicho por mi hermana la incomodó.
Lucía tan tierna.
-Yo tengo, cara de culo. - Dije empezando a abrir la puerta. - Deja a la pobre "Mocos" en paz.
-Ya lárgate y deja en paz a mi chinita. - Habló por primera vez Meghan; esa rubia siempre defiende a todas, en especial a la Mocos, que nunca lo hace por sí misma.
-Está bien, Meghan, no pasa nada. -Escuché decir a Sara-Lee. - Adiós Caleb, estaciona con cuidado y no tomes si estás conduciendo. -Fue lo último que escuché antes de cerrar la puerta.
Caminé hacia mi auto y conduje hasta el lugar, al llegar había jóvenes borrachos orinando, vomitando y cogiendo en todo el jardín, era asqueroso. Al entrar, me hice camino en medio del tumulto de gente que se hallaba bailando en el centro del lugar hasta llegar a la barra.
Trishna estaba allí sentada, buscando con la mirada hasta que me encontró, me hizo un ademán de que la siguiera y nos dirigimos escaleras arriba.
Algunas habitaciones estaban cerradas hasta que llegamos a una en específico, entramos y al cerrar la puerta detrás de mí, la alta chica saltó sobre mis brazos y nos besamos torpemente hasta llegar a la cama tambaleándonos.
Subí su falda y al parecer ya estaba preparada porque no tenía ropa interior ¡Genial!
Esta noche "Espectro" volvió a triunfar.
**
Dos horas después salí de la habitación dejando a una rubia dormida y llamé a Josh.
- ¡Hola! - Gritó debido a la fuerte música.
- ¿Sigues aquí? - Pregunté a mi aún ebrio amigo.
- ¡Si! ¡Te veo en la puerta! - Y colgó.
Al llegar a la puerta, Zamar estaba con el resto de los chicos; Robbie Shake, Alex James y Christian Sanders.
Nos llaman "Los cinco fantásticos" (Nadie nos llama así excepto Alex)
Los cuatro corrieron donde mí y me empujaron, ebrios, al auto.
- ¿Qué m****a les pasa ahora? - Pregunté cuando ya estábamos todos en el Jeep.
-Golpeamos a un chico, y luego aparecieron dos grandotes. - Dijo Chris escondiendo su cabeza bajo la puerta para que no se viera a través del vidrio.
-Ahora nos están buscando, y tú debes salvarnos. - Continuó nervioso Robbie.
-Si, ahora avanza princeso azul ¡Rápido! - Culminó Al, haciéndome arrancar el motor de la manera más agresiva y rápida posible.
- ¡Nos has salvado, estamos agradecidos! - Imitó Josh, exactamente como los de la película.
No pude evitar reír a convulsiones al escucharlo.
-Tendrías futuro haciendo doblajes, Joshito. - Dijo Al, parando de reír al fin.
- ¿Qué tal si te la dejas meter doblada, mejor? - Respondió el moreno.
-Lo siento, tú le serías infiel a Espectro y yo dejaría cornudo a mi precioso Robbie Hood. -
-Cállense y duerman, borrachos tontos, si comienzan a besarse y dejar sus fluidos en los asientos de mi auto, los moleré a golpes. - Exclamé divertido tratando de calmarlos.
Si seguían así, se repetiría la situación incómoda de la fiesta anterior, donde se quitaron la ropa y durmieron abrazados y en boxers en el asiento trasero.
Luego de eso no los escuché más hasta que los dejé a los cuatro en casa de Chris, los dejé dormidos en el jardín y tomé camino a mi hogar, eran las 2:45 am y estaba muriendo de sueño.
Entrar a mi casa y recibir almohadazos, gritos y una que otra patada no es lo más adecuado para alguien que está cansado. Venía de haber pasado una buena noche, pero estas niñas locas espantaron.
- ¡33-12! ¡Tenemos un 33-12! - Gritaba Meghan mientras dos chicas más salieron de su escondite, armadas con cojines y espátulas.
¡Mierda!
¿Les vino la regla a todas juntas o qué?
- ¡Mujeres psicópatas! - Exclamé en el suelo, recibiendo patadas y almohadazos. - ¡Déjenme en paz!
-Es el Fantasmita, ¡Aborten la misión! ¡Repito! ¡Aborten la misión! - Gritó Courtney, al cerciorarse de que sí fuera yo.
- ¡Les dije que ésto era una mala idea! ¡A esta hora los ladrones están con sus hijos! - Gritó Sara-Lee, saliendo de detrás del sofá; fue la única que no salió al ataque.
- ¿Qué m****a les pasa a ustedes ahora? ¡Locas! - Exclamé acariciando mi nuca, ahora estaba cansado, con el cabello lleno de suciedad de las almohadas y con marcas en toda la piel de golpes con espátula.
-Acabamos de ver una peli acerca de ladrones, y escuchamos un ruido provenir de afuera. - La pelirroja se detuvo un momento para mirarme mal. - Para la próxima, piensa en la opción de hacer menos ruido cuando estaciones el auto.
- ¿Y pensaron que con espátulas y almohadas atraparían a un ladrón? - Enarqué una ceja incrédulo ¿Es en serio?
- ¡Hombre! Pues a ti te detuvimos ¿O no? - Dijo ahora Meghan, retándome.
-Me voy a dormir, he leído por ahí que la esquizofrenia es contagiosa al igual que los piojos. - Dije para tomar camino a las escaleras.
-Si se mete un ladrón te llamaremos. - Habló mi hermana, imponente.
Estaban traumatizadas con ese tema.
- ¡Que las proteja Sara-lee, ella tiene sangre Jackie Chan corriendo por sus venas! -Grité para cerrar la puerta de mi habitación tras de mí, luego de subir las escaleras.
Me tiré en mi cama y dormí como si no hubiera un mañana.
De no ser por el incidente con mi hermana y sus raras amigas, todo estaría bien esta noche. ¡Hombre! que no fue la cogida del siglo, pero, no ha estado nada mal.