Habían pasado cuatro meses desde el nacimiento de mi pequeña Porcelana y tres desde que los dos gemelos de Josh y Hong habían nacido. Se llamaban Travis y Harvy.
No entiendo esa obsesión de los padres en ponerle nombres parecidos a los gemelos.
Me encontraba acostado en la cama de la habitación de mi mujer y yo, con Josh a mi lado. Nuestros hijos estaban dormidos en nuestros pechos y nosotros solo mirábamos al techo sin decir nada.
- ¿Puedes creer que tengo dos hijos?- Preguntó con ilusión y yo sonreí.- Y lo peor del caso es... Que son exactamente iguales a mí.
- Josh, tienes cuatro meses, aún no puedes saber eso.- Lo regañé.
- Yo puedo verlo en el tamaño de sus labios, ellos se parecerán a mí, ya verás.
- Pues pobre de ellos.- Dije y él río sarcásticamente.
- ¿Crees que ellos sean amigos cuando grandes?- Asentí de inmediato.
- Alguien tendrá que cuidar a Meraki cuando la molesten en la escuela por su albinismo, lo cual