—No es posible —Concetta lo miraba como si estuviera demente—. No es posible que hubiera tantos vampiros dentro de esa iglesia sin que mi gente lo detectara. Está bien que uno o dos vampiros se mezclaran, ¿pero 30 o 40?, eso es imposible, estás loco.
Alan puso los ojos en blanco.
—Y si fuera cierto —dijo Concetta escéptica—. Entonces con más razón deberíamos llamar a mi hermano. No creo que podamos…
—¿Has olvidado quién soy? —le interrumpió.
— ¿Ahora eres un demonio completo cierto? —dijo burlándose—. ¿Es verdad que te salen cachos?
Alan gruño.
—O me ayudas o te mato, es tu decisión —respondió él.
Alan no podía matarla, pero eso ella no lo sabía.
—Te has vuelto un cascarrabias total —bufo Concetta&mdas