—¿Qué observas tanto? —preguntó Liam curioso.
—Mira tú mismo.
—Es Bael —Liam suspiro—. Ese tonto seguro está pensando si debe entrar.
—Seguro no lo hace por el comportamiento de Estefan.
—Creo que iré a traerlo —dijo Liam intentando levantarse.
—No —Leia lo detuvo—. Creo que iré yo.
—¿Sí? —preguntó Liam algo confundido.
—Es tu cumpleaños y todos notarán si no estas. Es mejor que yo vaya y lo traiga, además que hablaré con él primero, no cruzamos palabra desde un encuentro nada amistoso hace algunas semanas.
—¿Sí? —volvió a repetir Liam como un tonto.
—¿No te molesta cierto?
—¡Para nada! —Liam se aclaró la garganta, ya que había sona