CAPITULO 2 BAILA CONMIGO

La magia se rompe cuando el corta el beso de pronto dejandola catatonica.

—Así se ve mejor, callada, espero que haya aprendido la lección,.

Finalmente se repone de su momento en la dimensión desconocida y con la voz temblando e indignada le suelta

Así que intenta alejarse pero el la retiene, 

Qué bien se sentía en aquellos brazos, su miradas quedaron una vez más enganchadas una de la otra, y ahí viene otra vez su boca va a apoderarse de la suya

Esta vez fue un beso más profundo, más suave, que buscaba el placer del otro,

Así que cuando él se apartó de ella, ella se sintió perdida, totalmente perdida sin sus besos, deseando que la besara de nuevo.

—Podría llevarte a ese baño y tener sexo contigo y tú no me rechazarías, y sabes porque, porque no tienes tus 5 sentidos en perfecto estado, porque el alcohol te ha embotado el cerebro, pero no pongas esa cara de susto, pues no lo hare. No soy un violador, jamás me aprovecharía así de ninguna mujer, así que viste que tenía razón, será mejor que regreses a tu casa,- apunto con ironía

Ella se libró de sus brazos y replico

—Sabe que, el papel de papa o hermano mayor no le queda, ni siquiera sé quién es y su nombre y me cuestiona, váyase a la porra

Y toda orgullosa huye a la velocidad del rayo. Con su corazón latiendo a mil por hora.

Se dirige a la pista y están dando una música suave, y ve que Vanesa y Lucas está bailando muy juntitos, así que por nada del mundo los va a interrumpir

De pronto siente que las manos de alguien la tomo por la cintura y la arrastra a la pista y esa voz aterciopelada le dice.

—Baila conmigo, te voy a demostrar que no soy tu papa o un hermano mayor- agregó a su oído con voz enronquecida

Iba a protestar pero se da cuenta que no puede articular palabra alguna, porque nuevamente estaba totalmente embobada ya que era el hombre mas guapo que jamás en sus 22 años de vida había visto. y la había besado como nadie la había besado antes.

Este hombre no solo era guapo, era súper atractivo e irradiaba tal magnetismo, además de oler súper riquísimo. Estaba completamente borracha pero no era por el licor sino estaba totalmente embriagada de su olor, de su cercanía, de su piel, de esos ojos que le penetraban el alma.

Pero quien era este hombre que había decidido no dejarla en paz esta noche, y que con su solo contacto la hacía perder la cordura, no pudo ni quiso negarse, y dejado que la suave música los envolvieran.

El hombre la ha visto con semejante galán y su cara es de poema y le hace señas diciéndole que aprueba a su galán, ella siente vergüenza, pero él no parece darse cuenta o lo da por descartado y no hace comentario ni se inmuta, solo la aprieta más a él, en una manera tan sensual, que Melisa siente toda su piel arder de deseo como jamás lo experimento, una atracción tan fuerte y casi animal, pues no sabía de razones, que la tenían completamente dominada.

Sintió el aliento de el sobre su cuello, y como el, muy atrevido se atrevió a depositar dos besos en él, así mismo sus manos, la apretaban con más fuerza como si estuviera declarando que ella era suya, que le pertenecía

Y todo sin decir nada, sin conocerse, que locura

Pero fue hasta que la mano desciende a uno de sus glúteos que despertó en ella su alerta interna y apartándose le replico indignada

—!oiga que si es usted atrevido!

El no pareció inmutarse, simplemente la mira con mucha dureza y le indica en tono de reproche

—Ya te lo advertí, esto es a lo que te expones cuando bebes en exceso que cualquier hombre se propase contigo, sabes que, mereces que te violen

De pronto, el pasado y el presente convergen en un mismo tiempo, y recuerdos doloroso se hacen vividos y son tan notorios en la palidez de su rostro que el inmediatamente se arrepiente de lo que ha dicho. Sabe que se excedió.

Intenta disculparse pero ella evita el contacto de su mano que quiere tomar su muñeca y con los ojos llenos de lágrimas le dice:

—Es mi deseo, no volver a verlo nunca más en mi vida

—Siento no poder complacerte en eso- acota el con la mirada oscurecida

Acaso se iba a convertir en su acosador, pero en su mirada, no hay nada de eso,

El lanzo un profundo suspiro, sabiendo que esta noche nada de lo que dijera, podría borrar las palabras que dijo, que la lastimaron a ella, así que solo dijo en tono moderado y sin cuestionamiento.

- Vete a tu casa a dormir, mañana te espera un día lleno de sorpresas

Qué quiso decir con eso, al ver la pregunta denotada en su rostro, el agrega

- Vete a tu casa Melisa, y mañana hablaremos

Luego se marchó dejándola a ella completamente absorta, ya que él conocía su nombre, ¿cómo o por qué?, tal vez pregunto a alguien, pero todo era muy extraño.

Cuando se monta en el taxi no se da cuenta que alguien la ha estado observando y tan pronto ella se monta el hombre que la había observado, se monta en su auto y la sigue hasta su casa

Melisa se baja, algo asustada recordando que el misterioso hombre del bar la llamo por su nombre y eso la inquieto e inmediatamente entra a su casa

Afuera el auto que la ha seguido arranca, y su ocupante Daniels Travers, el misterioso hombre del club, se queda tranquilo de haberla visto llegar sana y salva

Melisa se cepilla los dientes, se cambia de ropa y se acuesta en su cama, solo que esa noche no podría dormir tan plácidamente pues unos ojos grises le han atrapado y no puede dejar de pensar en él.

***

Esa mañana como todos los días, Melisa llego temprano a su trabajo en la biblioteca estatal pero a diferencia de otros días, no aguantaba el dolor de cabeza producto de la resaca de la noche anterior.

Esto ocasiono que en varias ocasiones tuviera que salir corriendo al baño a vomitar, y se llevó un regaño de parte de su jefa Helen Morretti.

Nada podía estar más mal, eso pensaba, cuando al regresar del baño se dio cuenta que alguien nuevo había entrado en la biblioteca.

Su corazon dio un vuelco y su respiracion se agito cuando vio que se trataba del sujeto del día anterior, tan guapo y circunspecto como lo recordaba

Quería escapar, ¿que hacia ese tipo allí?, acaso había venido a seguir juzgándola o simplemente todo se trataba de una casualidad o era un acosador, el miedo se apodero de ella

Daniels Travers camino directo con pasos firmes a donde estaba el objeto de su interés, Melisa Hartley sentada tras el escritorio y ella supo que no tenía escapatoria.

—Buenos días Srta. Hartley- la saludo serio- aunque a juzgar por su apariencia y palidez no la está pasando muy bien- añadió en tono critico.

—¿Eso cree?- trato de sonar calmada y relajada, pensando que no estába sola, ya que habían algunas de personas, leyendo, también estaba su jefa, así que él no podía hacerle nada

— Eso veo, - apunto mirándola de manera tan profunda que la desestabilizo una vez más- a menos que la palidez sea su color natural.

¡Qué hombre!, como si hubiera nacido solo con el propósito de fastidiarla.

—Muy gracioso usted- riposto sustituyendo el miedo por enojo. Debía tener las mejillas teñidas de color por la indignación que sentía.

El solo se mantuvo estoico y después de mirarle con "desprecio". Inquirió.

—A lo que vine, necesito hablar con usted Srta. Hartley-

—Conmigo....no veo de que- - además como sabe mi nombre,- tartamudeo cada vez más nerviosa y era extraño, porque ella no era así, por lo general era una persona muy segura de sí misma, al hecho que había sido criada sin padres, en un orfanato, había aprendido a ser independiente y también a defenderse sola

—Pronto lo sabrá, si deja de tartamudear- indico el en tono burlón

Eso la molesto sobremanera y sintió que sus mejillas se tiñeron más de rojo producto de la rabia que este sujeto con su actitud le producía

- Pues yo no quiero hablar con usted Sr. Pomposo- negó ella sin poder disimular su enojo.

El arqueo las cejas e iba a agregar algo pero en ese momento se había acercado Helen La jefa de Melisa, y más que intervenir en la discusión parecía fascinada por aquel prospecto de galán de cine, y es que no todos los días entraba en su biblioteca un hombre con ese atractivo físico, y ella estaba buscando pareja, ya que hace poco había terminado una relación y no era el tipo de mujer que permaneciera mucho tiempo sola.

—Buenos días, dígame Sr. En que lo podemos ayudar, busca algún libro en particular- su voz melosa y complaciente sorprendió a Melisa, mas como la conocía sabía que buscaba

—No, quiero hablar con Melisa- apunto mirando a Helen con desdén.

Por su parte Helen estaba muy intrigada y más aun su molestia fue visible, pues era notoria la envidia que le tenía a Melisa, la cual no había podido despedir, porque su hermano el dueño de la biblioteca, le tenía mucho aprecio a la muchacha.

—Ella está en su horario de trabajo, lo siento- apunto en tono seco

—Está bien, -acepto el sin más e ignorando a Helen se dirigió a Melisa y acoto- en ese caso regresare a la hora de la salida que es a...?

—A las 5:30 cerramos la biblioteca- informo Helen, pues Melisa estaba muda

— Esta bien, a esa hora estaré aquí entonces, y tú me esperaras.- le advirtió como si supiera que ella iba a fugarse, cosa que haría, de ningún modo le iba a esperar.

Cuando se hubo marchado el desconocido, Helen enseguida quiso indagar sobre aquel hombre tan guapo que buscaba a su empleada

—Y bien, querida, quien es él? 

—No lo se

—Está bien, no quieres decírmelo, lo entiendo- Carraspeo molesta.

—No, enserio Helen, - se apresuró a aclarar Melisa- no sé quién es, anoche lo conocí en un bar, me intercepto, fue grosero conmigo, y hoy viene aquí, no sé quién es, ni que quiere.

—En ese caso quizás debas irte temprano, para no toparte de nuevo con él además te sientes muy mal- añadió como si en verdad le importara su bienestar, en realidad lo que quería es que Melisa no se volviera a encontrar con semejante hombre, porque no toleraba que esa chica se hubiera levantado semejante galán.

—Puedo irme entonces? –Pregunto aliviada

—Hazlo- acepto con una sonrisa hipócrita

—Gracias Helen- agradeció de corazón, porque sin importar los motivos de Helen ella si quería huir y no volverse a encontrar con aquel hombre

En media hora Melisa iba en autobús a su casa, y se sintió feliz de no volverse a topar con aquel hombre que quien sabe que quería

Al llegar decidió darse un baño, se preparó algo ligero para cenar y se sentó frente al televisor a ver algún programa

Como a las 6pm decidió bajar a comprar pan para el desayuno en la pastelería cercana

Regresaba a su casa cuando pudo ver un lujoso auto estacionado frente a su casa y del cual salió su dolor de cabeza, su corazón se aceleró de inmediato, Que hacia allí, obviamente si era un acosador, se asustó pero no pudo huir pues él ya la había visto y dos zancadas estuvo frente a ella.

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